Unas tensas vacaciones experimentó una joven de 21 años que sufrió la dislocación de su mandíbula en pleno vuelo y debió ser atendida por la azafata y una amiga.
Las amigas se subieron al avión en Inglaterra e iniciaron el viaje hacia Málaga (España). En un momento, Isabella Prusak-James bostezó y sintió un ruido extraño.
Enseguida notó que algo no estaba bien en su mandíbula ya que había quedado fuera de lugar.
Como no podía hablar, usó su celular para avisarle a la amiga, quien pidió ayuda a los tripulantes de cabina del avión.
«La azafata nos llevó al fondo del avión y corrió la cortina. Fue muy amable, permaneció allí con nosotras y nos asistía. Comprendió las instrucciones que le di a mi amiga y le daba ánimos a ella», contó Isabella en declaraciones a la agencia North News and Pictures.
Su amiga tomó la iniciativa para acomodarle la mandíbula. «Seguía intentándolo, pero al final me dijo ‘esto me está estresando’».
Y tras varios intentos fallidos, «me preguntó si yo podía hacerlo», relató Isabella, quien agregó: «Nunca había probado, aunque lo terminé logrando».
Más tarde la joven recordó que en 2018, en un viaje junto a su familia, le ocurrió lo mismo en una casa que alquilaron con sus padres y, en esa ocasión, debió ser hospitalizada.