Reconoció que desde la muerte de Benedicto XVI, hace un año, quizás se había vuelto menos paciente y más firme con sus críticos conservadores más estridentes, que veían al difunto Papa como su abandonado, diciendo que a veces «hay algunos a los que hay que plantar cara un poco».
El Santo Padre tomó medidas disciplinarias contra dos prelados conservadores estadounidenses el mes pasado.
Preguntado por su salud, dijo: «Me siento bien, me siento mejor. A veces me dicen que no soy prudente porque tengo ganas de hacer cosas y de moverme. Supongo que son buenas señales, ¿no? Estoy bastante bien».
La bronquitis obligó a Francisco a cancelar un viaje a Dubái este mes para asistir a la cumbre climática COP28. En junio fue operado de una hernia abdominal y parece haberse recuperado completamente de la intervención.
Afirmó que esperaba hacer tres viajes el próximo año, a algún lugar de la Polinesia, a Bélgica y a su Argentina natal (probablemente en abril de 2024) para su primera visita allí desde su elección en 2013.