Por primera vez, Chiara Mancuso habló de la dura lucha de su mamá: «De un día para el otro no sintió más las piernas»

La ex participante de Gran Hermano habló en profundidad sobre el agresivo cáncer que le descubrieron a su mamá, Ángeles y cómo impactó a nivel familiar. Su palabra, en la nota.

Chiara Mancuso es, sin lugar a duda, una de las participantes más destacadas de la actual edición de Gran Hermano. Aunque muchos la veían en la final e incluso ganadora, La Cobra -tal el apodo que se ganó tras su paso por la casa más famosa del país- quedó afuera de la competencia en un mano a mano reñidísimo con Luz Tito.

Chiara Mancuso

Pero ahora está de visita por unos días en la casa de GH ya que está haciendo campaña por Selva. En el interín que estuvo afuera del programa, Chiara brindó una entrevista súper extensa e íntima al periodista Nico Peralta para Pronto, donde por primera habló de la larga lucha de su mamá, Angela.

Arrancó contando cómo era su vida pre reality y eso derivó en la enfermedad que sorteó su mamá. «Vivía sola hasta hace tres años, que mi mamá se enfermó y ahí tuve que volver a la casa de mis viejos, en Ezeiza. Yo vivía con mi ex novio, Guido, pero me separé justo cuando a mi mamá le diagnosticaron que estaba enferma. Le salió cáncer de mama y se le hizo metástasis en la columna», reveló.

Chiara Mancuso con sus papás y sus hermanos

Y continuó: «Eso fue muy muy duro y creo que fue el momento más triste de mi vida. Me costó mucho porque mi mamá comenzó a tener dolores de espalda pero pensábamos que era por la mala postura. Ella tenía un quiste en una lola, en la pandemia le creció y se convirtió en cáncer pero por suerte no era muy agresivo. Estaba encapsulado».

-¿Se tuvo que operar?

-Claro y ahí se le hizo metástasis en la columna. El tumor se le apoyó en una vértebra y le oprimió la médula. De un día para el otro, no sintió más las piernas. La llevamos a la guardia y la operaron de urgencia. Fueron seis horas de operación porque el tumor si seguía creciendo en la columna, le dañaba la médula y podía quedar con muchas secuelas, como no caminar o no ver. Le salvaron la vida en la Clínica Adventista. El gerente Gustavo Weis la hospedó súper bien y quienes le salvaron la vida fueron el médico Roberto Herrera y su equipo. Los nombro porque les estaremos agradecidos por siempre. Aunque a mi mamá, que se llama Angela, no le gusta mucho contarlo yo ahora lo quiero contar porque es una historia de superación.

Chiara de chiquita con su mamá, Angela

-¿Se quedó sin caminar?

-Sí, no podía caminar y nosotros la teníamos que ayudar para todo, hasta para ir al baño. Estuvo un tiempo postrada en la cama y más adelante, seis meses más tarde, pasó a la silla de ruedas. Este proceso le llevó mucho tiempo y tuvo que aprender a caminar de vuelta. Ahora tiene 56 años y siempre fue una mujer súper sana.

-¿Ahora cómo está tu mamá?

-Se recuperó porque, gracias a Dios, el tumor no era muy agresivo. Si seguía creciendo podía hacer desastres. La primera vez que la operaron, no llegaron a limpiarla del todo y tuvieron que volver a operarla porque el tumor volvió a crecer. En la segunda operación vieron que la columna se había dañado. Entonces, le pusieron una prótesis en la columna.

Chiara Mancuso

-¿Cómo los afectó a nivel familiar?

-Nos afectó mucho a todos y desde ahí supe que mi mamá era mi gran maestra en la vida. Por mi personalidad, siempre habíamos tenido un vínculo bastante de chocar con ella. Con mi papá siempre fue más tranquilo en vínculo y con mamá iba siempre al choque, sobre todo en la adolescencia. Cuando crecí, empecé a sanar el vínculo con ella y siento que la madre es la persona más importante en la vida de uno, más allá del vínculo que tengas con ella.

-Te emocionaste.

-(Chiara se seca las lágrimas de los ojos) Cuando se enfermó, aprendí a verla como lo que es: una mujer muy fuerte y valiente. Me enseñó mucho lo que es la resiliencia y adaptarse a las circunstancias que uno está viviendo. Antes quizás no valoraba tanto el hecho de tenerla y lo importante que es en mi vida. De un momento para el otro todo puede cambiar y hasta que se enfermó, ella era bastante fría, estructurada y reservada. Desde que pasó lo que pasó, mamá nos dice que nos ama mucho y nos demuestra más su amor. Siempre nos dio cariño pero de otra forma: nos cocinaba, nos preparaba la ropa, estaba pendiente de todo pero no era de abrazarnos o besarnos. Ahora, sí. Cambió el lenguaje de su amor. Todos aprendimos mucho a partir de su enfermedad y nos unimos mucho como familia.

Chiara Mancuso

-¿Entonces hoy ella está bien?

-Sí, está bien aunque todavía tiene secuelas. No camina del todo bien. Mamá realmente la pasó muy mal y me demostró que es una guerrera y una mujer con todas las letras. Quizás, antes la subestimaba un poco y no la creía tan fuerte como es. La veía sensible y creí que eso era sinónimo de debilidad. Pero nada que ver. Mi mamá es un mujerón.