El primer ministro británico, Boris Johnson, cuyo puesto pende de un hilo debido al escándalo de las fiestas en Downing Street durante la cuarentena estricta, se defendió este lunes ante los diputados tras la publicación de un informe que denunció «fallos de liderazgo».
«Lo entiendo y lo arreglaré«, aseguró, afirmando «lamentar» las numerosas celebraciones realizadas en 2020 y 2021 en Downing Street, donde están sus oficinas y su residencia oficial, cuando las reglas anticovid lo prohibían y muchos británicos no podían ni despedirse de sus seres queridos.
«Sé cuál es la pregunta: ‘¿se puede confiar en que este gobierno cumpla?‘», afirmó. «Sí se puede«, aseguró, defendiendo su labor a favor del Brexit y contra el coronavirus y prometiendo cambios administrativos en sus servicios.
Esto indignó a la oposición, que no cesa de pedir su dimisión acusándolo de haber mentido cuando aseguró que no hubo fiestas. Es «un hombre sin vergüenza«, lanzó el laborista Keir Starmer.
Tras investigar un total de 16 eventos sociales, desde celebraciones de Navidad hasta fiestas de cumpleaños o despedidas, celebradas en dependencias gubernamentales contra las reglas anticovid, la alta funcionaria Sue Gray concluyó que «hubo fallos de liderazgo y juicio por diferentes partes en Downing Street y en la Oficina del Gabinete en diferentes momentos».
«Algunas de las reuniones en cuestión representan un grave fallo al cumplimiento de los estándares», subrayó.
Sin embargo, el informe es muy impreciso sobre los eventos, dado que varios de ellos están siendo investigados por la policía y esta pidió que solo se haga una referencia «mínima» para evitar interferencia.
Esto retrasó la entrega y publicación del informe, que tuvo que ser modificado para divulgar una «versión» reducida. Y por ese motivo, no detalla quién organizó y participó en las fiestas, cómo se desarrollaron ni cuánto sabía el primer ministro.
La oposición denunció esta parcialidad y varios diputados preguntaron a Johnson si estaba presente en uno de los eventos, celebrado el 13 de noviembre de 2020 en su apartamento oficial.
Pero el primer ministro, amenazado desde hace semanas por una posible moción de censura en su Partido Conservador se escudó en la investigación policial en curso para no contestar.
La clase política británica, y sobre todo los diputados conservadores que contemplan sumarse a la rebelión contra Johnson, esperaban nerviosamente las conclusiones de la investigación interna de Gray, que también denunció un «consumo excesivo de alcohol inapropiado en cualquier lugar de trabajo».
Pese a esto, el primer ministro pidió esperar ahora las conclusiones de la policía, que pueden tardar semanas o meses.
Fuente: AFP.