El estado deplorable de la Ruta Nacional 89 entre Pinedo y Gancedo evidencia la desidia del Gobierno Nacional
La Ruta Nacional 89, en su tramo entre General Pinedo y Gancedo, se encuentra en un estado tan crítico que transitar por ella se ha vuelto una amenaza directa para la vida de quienes la utilizan. Son apenas 40 kilómetros, pero bastan para exponer el impacto real que tiene la paralización de la obra pública a nivel nacional en la vida cotidiana de los chaqueños.
Este corredor vial no solo conecta dos provincias, Chaco y Santiago del Estero, sino que atraviesa una de las zonas de mayor productividad agrícola y ganadera de la región. En promedio, más de 1700 vehículos circulan por día, muchos de ellos transportando cargas esenciales para la economía regional.
Sin embargo, el abandono es absoluto. Calzada desintegrada, pozos profundos, banquinas invadidas por malezas y tramos donde no se puede circular a más de 40 km/h sin poner en riesgo la integridad física. Un cartel oxidado que aún reza “Precaución, tramo en reparación” es todo lo que queda de las promesas de intervención. Las obras nunca comenzaron.
El contrato para recuperar y mantener esta ruta fue adjudicado en 2022 a la empresa Decavial SAICAC bajo el sistema CREMA (Contrato de Recuperación y Mantenimiento), con una inversión prevista de más de 6.400 millones de pesos y un plazo de ejecución de 72 meses. A la fecha, el avance físico informado apenas supera el 1 por ciento.
Mientras tanto, el Gobierno Nacional no sólo ha suspendido nuevos proyectos, sino que también ha paralizado los ya adjudicados, profundizando un proceso de deterioro que golpea directamente a las provincias del norte argentino. El argumento de la «motosierra» se traduce, en este caso, en intransitabilidad, riesgo vial y pérdida de competitividad para una región clave.
Desde la gestión provincial se han iniciado gestiones para que se habilite la posibilidad de intervenir con recursos propios a través de Vialidad Provincial. Sin embargo, la ruta 89 sigue estando bajo plena jurisdicción de Vialidad Nacional, lo que impide cualquier acción concreta por parte del Chaco.
Este tramo, además, no está incluido en la nueva Red Federal de Concesiones, lo que significa que tampoco formará parte de las prioridades nacionales para recibir mantenimiento a través del nuevo esquema.
Resulta llamativo el silencio de sectores empresariales, cámaras de transporte y asociaciones rurales, que dependen directamente de esta ruta. Es tiempo de exigir respuestas, de dejar de naturalizar el abandono, y de reclamar con firmeza lo que corresponde: infraestructura básica para la producción, el trabajo y la vida.
Desde Chaco 365, señalamos con claridad: la situación de la Ruta Nacional 89 no es producto de la fatalidad ni de la naturaleza, sino de una decisión política deliberada de desinvertir en obra pública y abandonar a su suerte a las regiones que no forman parte del esquema de rentabilidad inmediata.
Chaco produce, trabaja y aporta. Merece caminos seguros.