Gil Lavedra: «La UCR nunca va a estar en un gobierno de ultraderecha»

El ex juez y ex funcionario radical Ricardo Gil Lavedra aseguró hoy que la UCR "nunca va a estar en un Gobierno de ultraderecha", aunque habló de la necesidad de que la nueva oposición "coopere" con la futura gestión presidencial para "no frustrar la esperanza" que el electorado depositó en la figura de Javier Milei.

El ex juez y ex funcionario radical Ricardo Gil Lavedra aseguró hoy que la UCR «nunca va a estar en un Gobierno de ultraderecha», aunque habló de la necesidad de que la nueva oposición «coopere» con la futura gestión presidencial para «no frustrar la esperanza» que el electorado depositó en la figura de Javier Milei.

El ex integrante del Tribunal que juzgó a las Juntas Militares aseguró que Juntos por el Cambio fue «el gran perdedor de las elecciones», pero rescató que el espacio político sigue teniendo un nivel de representación fuerte con la Liga de 10 gobernadores que tendrá a partir del 10 de diciembre.

«A nivel parlamentario, me parece que no va a ser tan fácil que se mantengan los bloques tal cual estaban, pero estamos en pleno proceso de reconfiguración», indicó en una entrevista con la agencia NA.

– ¿Con el nuevo Gobierno, está en riesgo el pacto social respecto de las políticas de memoria y la condena al terrorismo de Estado? 

– No, yo creo que no está en riesgo. Puede haber alguna abolladura, pero el consenso me parece que está firme porque la enorme mayoría del pueblo argentino repudia absolutamente lo ocurrido. Los militares que en el año 1976 tomaron la decisión de combatir al terrorismo de esta manera criminal a través de hechos horrendos, deshonraron las fuerzas armadas. Ese no es el ejército de San Martín, no es el ejército que combatió por la independencia de la patria, eso es una banda de sátrapas asesinos que pretenden encubrir con el pretexto de la guerra las torturas, las violaciones, al robo de bebés. Ese no es el discurso que tuvo el presidente electo, Javier Milei, durante la campaña.

– Pero él revivió aquella teoría de los «excesos», casi palabra por palabra el discurso de Emilio Massera…

– Me parece que él no tiene demasiada información sobre el tema, en el mejor de los casos creo que esté equivocado y bueno, la verdad es indiscutible. Más allá de eso, quiero separar la cuestión de las víctimas por las acciones del terrorismo. Esto por supuesto también es indiscutible. Las víctimas son víctimas, y un secuestro es un secuestro, cualquiera sea quien lo cometa. Y un homicidio es un homicidio.

– Pero cuando Villarruel solamente pone el foco en la violencia armada de las organizaciones guerrilleras de aquella época y evita hablar del terrorismo de Estado, ¿no cree que tácitamente hay una defensa de la represión de la dictadura?

– No, lo que hay que cuidar es obviamente el respeto por memoria de las víctimas del terrorismo, que es totalmente comprensible, pero que este no sea un intento de buscar legitimar lo que no es legitimable.

– ¿Puede llegar a haber una política de olvido, de indulto masivo o selectivo de represores en estos años?

– No lo sé, es imposible pronosticarlo, pero me parece que estamos en una situación tan difícil, tan crítica, tan delicada en la cual todo está prendido con alfileres y todos estamos esperando, no solamente los 15 millones que han elegido este gobierno, sino que todo el pueblo argentino tiene la esperanza de que el nuevo Gobierno pueda, obviamente, estabilizar la economía, emprender un camino de crecimiento. Creo que las necesidades acuciantes están en otro lado.

– ¿Cómo se va a reconfigurar Juntos por el Cambio después de la derrota electoral?

– Se ha producido un verdadero cataclismo político que va a reconfigurar muchas cosas. Es algo que se va a ir dando gradualmente con la propia marcha de los acontecimientos. El gran perdedor de las elecciones ha sido Juntos con el Cambio, que para mí era la única alternativa de cambio en serio, de cambio racional. Lamentablemente, por defección propia no pudo alcanzar las preferencias del electorado lo cual es sinceramente una lástima y un fracaso notable porque un año antes todos apostábamos de que la alternancia era con Juntos por el Cambio. Esto demuestra que nunca hay que subestimar el humor social. Ya veremos cómo se va ordenando todo, pero creo que tiene mucha importancia la Liga de 10 gobernadores. Es muchísimo, y esos gobernadores están reivindicando a Juntos por el Cambio. A nivel parlamentario, me parece que no va a ser tan fácil que se mantengan los bloques tal cual estaban, pero repito, estamos en pleno proceso de reconfiguración.

– ¿Cuál tiene que ser de impronta y el perfil del nuevo radicalismo para esta nueva etapa política?

– Bueno, por un lado renovación. Tenemos cinco gobernadores y muchos intendentes nuevos. Naturalmente tienen que ocupar su espacio nuevos dirigentes y de ahí tienen que surgir nuevos liderazgos.

– ¿Con territorio o puede ser sin territorio como Martín Lousteau, por ejemplo?

– Eso lo marca la política. Los liderazgos no se predeterminan. Los líderes son naturales y uno de los problemas que tiene el radicalismo hasta ahora es no haber encontrado un liderazgo nacional que pudiera contenerlo. Me parece que se necesita una propuesta que defienda una democracia moderna, inclusiva, de vanguardia. Incluso el presidente electo, que parece disruptivo con esta cuestión del discurso liberal, lamentablemente tampoco tiene un discurso en una visión moderna. En el mundo se están discutiendo otras cosas, como el problema del calentamiento global, el problema del ambiente, las nuevas formas de tecnología, las nuevas formas de energía. Milei tiene algunas pinceladas del siglo XIX.

– ¿Y cómo va a ser la relación política con el PRO cuando un sector mayoritario de ese partido está apoyando y de alguna manera va a ser oficialista?

– Al día de hoy, cuando todavía no ha asumido el Gobierno, cuando todavía no se sabe cuál va a ser la conformación del gobierno, es prematuro dar una respuesta a esa pregunta. Yo creo que hay que esperar que las aguas decanten y ver cómo queda conformado el nuevo gobierno y cómo se reagrupan las fuerzas opositoras. La política es plástica en ese sentido, todo se va a ir dando en el transcurso del tiempo. Creo que todos en este momento tenemos que tratar de cooperar y de que la esperanza que se ha generado en el electorado no se frustre.

– La cooperación se puede hacer de distintas formas, como una oposición responsable o siendo parte o dándole un apoyo casi automático a la nueva gestión como plantea el sector más duro del PRO. ¿Cómo debe ubicarse la UCR?

– Es evidente que la Unión Cívica Radical no forma parte de este Gobierno. La democracia siempre necesita de una oposición que construya una alternativa, porque siempre hay espacios que hay que que representar y creo que el voto popular colocó a la UCR en ese lugar. La UCR nunca va a estar en un gobierno de ultraderecha.

– ¿Cuáles son las razones sociológicas que explica la emergencia de un movimiento disruptivo como el que lidera Javier Milei?

– La democracia cuando no consigue satisfacer las promesas de bienestar va perdiendo legitimación y por cierto en los últimos años el último Gobierno de Cristina Kirchner, el Gobierno de Macri y el de Alberto Fernández han frustrado estas expectativas en diferentes medidas. Cuando Milei decía todos ellos ya fracasaron, tiene razón y la gente busca algo nuevo para salir de lo que le trajo malos resultados. Por otro lado, hay un fenómeno universal de crecimiento de fuerzas de ultraderecha en Holanda, en Alemania, en España, en Francia.

– ¿Tienen elementos fascistas esas fuerzas políticas?

– No se pueden hacer generalizaciones porque cada una se dan en contextos distintos y en sociedades distintas. Lo que sí tienen en común son ciertas derivas autoritarias. Y eso puede derivar en una forma de autocracia. De todas maneras, yo tengo alguna reserva de pensar que esto puede crecer en la Argentina. Además, se da la paradoja de que aquí hay un gobierno que presenta algunas de estas características, pero sin recursos institucionales. Es decir, no tiene gobernadores, no tiene intendentes y tiene una minoría parlamentaria muy marcada. Cuando este tipo de fuerzas políticas se convierten en autocracias en cuando consiguen mayoría.