Cerca de 2.300 personas murieron y más de 10.000 resultaron heridas como consecuencia de un sismo de magnitud 7,8 que sacudió esta madrugada el sureste de Turquía y el norte Siria, donde por el momento no se registraron heridos argentinos residentes en estos países, según los primeros informes oficiales.
La comunidad internacional envió sus condolencias por las víctimas, entre ellos el gobierno argentino que expresó su «solidaridad» a través del presidente Alberto Fernández, en tanto el papa Francisco ofreció «sentidas oraciones» por los miles de muertos y heridos.
La Unión Europea y el presidente ruso Vladimir Putin manifestaron su disposición a mandar ayudar a la zona del desastre, mientras el primer mandatario estadounidense, Joe Biden, se mostró «profundamente entristecido» por el devastador terremoto.
Más de mil edificios se derrumbaron totalmente, lo que deja prever una balance mucho más grave, agregó, según reprodujo la agencia de noticias AFP.
El temblor se sintió a las 4.17 (23.13 hora argentina) y se produjo a una profundidad de 17,9 kilómetros, según el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS).
El epicentro se situó en el distrito de Pazarcik, en la provincia de Kahramanmaras, en el sureste de Turquía, a unos 60 km de la frontera siria.
El movimiento telúrico se sintió también en el Líbano y Chipre, según periodistas de AFP.
Es muy probable que el balance se agrave rápidamente, teniendo en cuenta el número de edificios derrumbados en las ciudades más afectadas, como Adana, Gaziantep, Sanliurfa y Diayarbakir, en el sureste de Turquía.
Debido a la hora en que ocurrió el sismo, de madrugada, la mayoría de la gente estaba durmiendo en sus casas.
«Mi hermana y sus tres hijos están bajo los escombros. También su marido, su suegro y su suegra. Siete miembros de nuestra familia están bajo los escombros», explicó a la AFP Muhittin Orakci, mientras presenciaba las operaciones de rescate delante de un edificio en ruinas en Diyarbakir.
«Su hermana sigue bajo los escombros», dijo una mujer señalando a otra víctima desconsolada en la misma localidad.
Por seguridad, se cortó el gas en toda la zona, por las réplicas y por temores a que se produjeran explosiones.
Este sismo es el más importante en Turquía desde el terremoto del 17 de agosto de 1999, que causó 17.000 muertos, un millar de ellos en Estambul. (Télam)