Un hombre de 53 años y padre de cinco hijos ganó más de un millón de dólares en la lotería y atribuyó su suerte a un sabio consejo de su madre.
Robert Cameron, padre de familia oriundo de Glasgow, Escocia, había decidido volver a probar suerte en la Lotería después de casi un año sin jugar.
El 29 de julio se acercó a un local en Maryhill y pagó con cambio que tenía en el bolsillo. Al otro día comprobó el resultado y soltó una sonrisa al darse cuenta de que había ganado solo poco más de 4 dólares.
Como esas revelaciones divinas, recordó las sabias palabras que le daba su madre: «Una victoria lleva a una victoria». Con esa ganancia compró dos boletos para el sorteo de lotería del sábado.
«Jamás pensé que me pasaría a mí, pero cuando pasé por el mostrador del local me vino a la mente el reciente ganador del premio mayor de Euromillones del Reino Unido», confiesa Robert al diario Mirror.
Respecto al consejo de su madre, revela: «Ella siempre nos decía que si ganas algo, tómalo y ponlo en otra cosa. Así que decidí seguir su consejo y usar mis ganancias para comprar dos billetes para el sorteo de lotería de esa noche».
Sin embargo, después de un día ajetreado, Robert volvió a su casa y descubrió que se había olvidado de comprar sus boletos. Y si no hubiera sido por una llamada de su hijo menor preguntando si iría a recogerlo, es posible que nunca hubiera ganado en absoluto.
Los números ganadores de Cameron para el sorteo de lotería del 30 de julio fueron 7, 16, 17, 19 y 33, y la bola de bonificación fue 12.
«Siempre reviso la aplicación y, por supuesto, apareció el mismo mensaje de felicitación que el día anterior con mi ganancia de u$s 4.50. Esperaba ver algo similar y cuando miré primero, pensé que decía u$s 1.000».
Una segunda mirada debido a que estaba medio dormido lo llevó a ilusionarse con que en realidad eran 100.000 dólares, pero requirió de una tercera vista, contar bien lo ceros y estallar de alegría a saber que se había convertido en millonario.
Una casa nueva y un auto serán las primeras compras en la lista de Robert, quien dijo que siempre quiso un Range Rover, así como unas vacaciones en familia.