Vecinos de un barrio romano en Italia alertaron a las autoridades tras percibir un fuerte olor que salía de una casa.

Al llegar a la vivienda la Policía encontró a un hombre, de 64 años, y también halló un cadáver.

Tras indagar al hombre, se enteraron de que se trataba de su esposa, una profesora de frances de 90 años.

Según relato el marido, había muerto hacía tres meses y mantenía el cueroi dentro de su dormitorio.

Al explicar la escena, se justificó manifestando que no sabía que existía la obligación legal de denunciar la muerte de su pareja, según el diario local Il Messaggero.

El informe policial dio cuenta del hallazgo del cadáver en un sofá en estado de descomposición, cubierto de sábanas, aunque muy limpio.

«Ella está acá, en el sofá», les dijo a los agentes el viudo, quien añadió: «La quería demasiado, no quería separarme de ella, quería tenerla para siempre a mi lado, dormir junto a ella».

El hombre, escritor de profesión, admitió que tomó la decisión de quedarse con el cuerpo porque aún no estaba listo para dejar ir a su mujer para siempre.

Según medios locales, las primeras pericias indicaron que la anciana falleció por causas naturales.

En tanto, se inició una causa por el ocultamiento de un cadáver y ordenaron una pericia psiquiátrica al viudo.

Además se invistiga si el hombre no reportó la muerte para seguir cobrando alguna pensión de la mujer.