El alcalde de la ciudad sueca de Lund, en Suecia, tomó una drástica medida para detener las reuniones y fiestas en un concurrido parque, donde las personas seguían juntándose pese a la crisis sanitaria del coronavirus.
Philip Sandberg determinó que trabajadores esparcieran excremento de gallina por todo el recinto y así el olor ahuyentará a cualquiera, mientras también fertilizan el pasto.
En el lugar se esperaba una masiva fiesta el pasado fin de semana que fue cancelada.