Estatuilla de la exposición «El rey Tutankamon: Tesoros del faraón dorado» en el Grande Halle de La Villette en París, Francia. La exposición estará abierta al público del 23 de marzo al 15 de septiembre de 2019. EFE/ Ian Langsdon
Sandalias y dedos de oro y plata entre los 150 objetos del faraón. REUTERS/Benoit Tessier
Sus artesanos lo prepararon todo para su vida eterna. Y la tuvo. Más de 3.300 años después, la figura de Tutankamón sigue fascinando al mundo, con sus tesoros hallados hace casi un siglo y expuestos a partir del sábado en París, en una muestra que ya es un éxito antes de su apertura. AFP/Stephane de Sakutin
Se han vendido más de 140.000 entradas antes de la inauguración de «Tutankamón, el tesoro del faraón» en la capital francesa, segunda parada de esta exposición itinerante que arrancó en Los Ángeles y viajará seguidamente a Londres. AFP/Stephane de Sakutin
Unas 710.000 personas visitaron la muestra en Estados Unidos y el objetivo de París es superar la llamada «exposición del siglo» sobre Tutankamón celebrada en esta ciudad en 1967, con 1,2 millones de visitantes. AFP/Stephane de Sakutin
Un total de 150 objetos, un tercio de ellos mostrados por primera vez fuera de Egipto, se expondrán en medio de una escenografía inmersiva que busca sumir al espectador en el misterioso halo que rodea la figura de uno de los últimos soberanos de la dinastía XVIII del Antiguo Egipto, coronado a los 9 años y borrado de la historia por sus sucesores. AFP/Stephane de Sakutin
En la Grande Halle de la Villette, en el norte de París, la exposición ya está preparada para el aluvión de visitantes que se espera. AFP/Stephane de Sakutin
Todos los objetos proceden de la tumba de Tutankamón, descubierta en 1922 por el arqueólogo británico Howard Carter en el Valle de los Reyes, uno de los hallazgos más mediatizados de la historia, que dio origen a la «Tutanmanía», con películas, libros y todo tipo de artículos a la venta. AFP/Stephane de Sakutin
«Esta es la única tumba (de un faraón) hallada intacta. Para nosotros, no fue una ventana, sino una puerta abierta para entender la cultura del Antiguo Egipto. Por primera vez, pudimos tocar algo» de esa época, explica el comisario de la muestra, el egipcio Tarek El Awady. EFE/ Ian Langsdon
Desde su ropa interior y sus guantes de lino para ir a cazar, hasta los escudos de oro macizo y las estatuas de dioses destinadas a protegerlo en su viaje póstumo, las piezas cautivan por la nobleza de sus materiales, muchas de oro, pero también por su belleza. AFP/Stephane de Sakutin
Los objetos eran fabricados por los «talleres reales», que trabajaban sin cese desde el momento en que un faraón asumía el trono: «No estaban destinadas a permanecer enterradas, sino a servir durante la vida póstuma, tenían que ser perfectas», según el comisario. EFE/ Ian Langsdon
Entre las piezas más destacadas, figura uno de los dos «guardianes» hallados por Carter a la entrada de la cámara funeraria, las únicas estatuas de tamaño humano. «La gente siempre se queda observándolo. No importa desde dónde se mire, él mira hacia la eternidad». EFE/ Ian Langsdon
«Está la historia del hallazgo de la tumba. Carter la encontró cuando ya estaba a punto de tirar la toalla. Y luego hubo poco después la extraña muerte de su patrocinador, Lord Carnarvon. En ese momento todo el mundo empezó a hablar de la maldición de la momia», según el comisario. AFP/Stephane de Sakutin
Pese a la excepcionalidad de la exposición, la joya de la colección, la máscara del faraón, de 11 kilos de oro macizo, permaneció en El Cairo, después de que esta sufriera un accidente durante una muestra en Berlín y se votara una ley que impide sacar del país algunos de los objetos más preciados.